La Key posando para lacámara

La Key posando para lacámara
LA NIÑA KEY

sábado, 5 de mayo de 2018

EN MEMORIA DE MI RASPU


EN MEMORIA DE MI RASPU


Y se quedó sola,
esperándote
Madurando lentamente,
Inmóvil sobre la mesa.
Era para ti, para jugar contigo
Como todos los días
Lanzarla y corrieras tras de ella hasta alcanzarla,
traerla y otra vez lanzarla, y así pasamos
engañando al tiempo, a veces al hambre y a la soledad,
pero éramos felices, muy felices, tu colita inquieta insistentemente
abanicaba el aire, mientras esperabas ansioso la naranja,
te fuiste pequeño, miniatura de blancos bucles
hermosos y puros como tu alma de niño bueno y sufrido
partiste una tarde cualquiera, tras una chica de tu especie
no resististe a la llamada del instinto, y nunca más volvimos a verte


los chicos, yo y tu naranja a medio madurar,
aún te esperamos pequeña bolita de pelos;
mas, seguramente la naranja se pudra y se transforme,
y en mi corazón quedará un nuevo espacio y un hoyo con tu nombre Rasputín
porque tú ya no volverás, sucumbiste al fragor de los instintos
y en desigual batalla, algún grandulón abusó de tu pequeña estatura.
Siempre te recordaremos pequeño, como el perrito que nunca perdió su naranja
No importaba la distancia a que te lanzaran, ni lo escabroso del terreno
Siempre la encontrabas y regresabas con ella
Con tus manos pequeñitas la rescatabas de la maleza en que estuviera para traerla
Fiel y amoroso como ninguno, desde que llegaste a nuestra casa
Luego que algún mediocre te abandono, nunca más te separaste de nosotros
No había necesidad de ponerte arnés siempre estabas pegado a mis piernas
Como no recordarte pequeño, sentir tu ausencia y lamentar tu partida,
Compañero abnegado, refugio cariñoso de horas de soledad y tristeza
Siempre estuviste ahí con tus grandes ojos, intensamente negros y redondos
Como dos perlas de ébano puro, tus manitas pequeñitas siempre saltando para que te carguen y te mimen, celoso, posesivo y tierno, fueron tres o cuatro año que alegraste nuestras vidas, el benjamín de la casa, gracias niño, por tanto, amor y ternura que nos regalaste, donde quiera que estés, nos queda de ti el recuerdo de un inmenso amor, que nadie lo reemplazará.
Hasta pronto pequeño Rasputín;
te buscaré en cada arco iris de ternura.
Te queremos y te extrañaremos mucho.


10 días después de tu partida Raspuncito.
Fredy Torres A.

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