La Key posando para lacámara

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LA NIÑA KEY

viernes, 4 de septiembre de 2015

Al mes de tu ausencia mi querido Osito

Ahora que te has ido…….. Osito


 MIS RECORDADOS PELUDITOS



Ha pasado ya un mes que te fuiste, o mejor dicho algo o alguien te alejó de nuestro lado, un amargo  y triste,  tres de agosto, de ingrata recordación, de pronto, sin saber cómo ni porque, desapareciste  de nuestra casa, entonces te buscamos, creímos que andabas de enamorado y pronto regresarías, pero tal no sucedió, no te hemos vuelto a ver, nada, ni siquiera rumores sobre que te sucedió, ninguna hipótesis creíble, sobre tu “seguramente forzada desaparición”, sí, porque a la vista de todos estabas bien de salud, física y emocional, gordito, juguetón, alegre, cariñoso, sobreprotector de los tuyos, cuidando con anhelo y vehemencia tu hogar, al que no permitías que ningún extraño ose acercarse.

Brioso y alegre, inquieto, imparable, feliz, orgullosos, dueño y señor de tu casa, ahí en la misma donde naciste y viviste tus cortos y maravillosos cinco añitos, todos te queríamos, te mimábamos, te consentíamos  y tú lo sabías, por ello hacías siempre de las tuyas, tu espacio siempre se respetó, tu elegías el mueble dónde te echarías, y le gruñías a aquel que se atreva a bajarte, para ocuparlo él, siempre supiste conservar tu orgullo y dignidad aún en las peores situaciones, siempre altivo, gallardo  y muy seguro de ti mismo, enfrentabas con sumo optimismo tanto a los de tu especie como a los humanos.

El niño consentido de mamá, siempre a tu lado mimándote, alimentándote, cuidándote, limpiándote de montes, abrojos, garrapatas, pulgas y cualquier otro parásito, lactaste mucho tiempo más que tus hermanos, porque ellos se fueron pronto de casa, tú te quedaste, a vivir con tu madre, la vieja Salomé, y cuando ella se fue, porque algún humano criminal, de aquellos que dan pena y vergüenza que pertenezcan a nuestra especie, la envenenó, alejándola de nuestro lado,  te sentiste seriamente afectado, por muchos días disminuiste tu rutina de comidas, dejaste de jugar y caíste en una fuerte depresión, tu alegría se escapó, y te convertiste en un perrito flaco, descuidado, asaltado por los parásitos externo, y hasta tu hermoso pelo se te caía abundantemente, pero al cabo de algunos meses de la inesperada partida de tu madre, y solícita compañera, gracias a las atenciones y cariño desbordante de toda la familia, saliste adelante, más aún cuando un nuevo compañerito de juegos llegó a formar parte de la familia, y desde entonces reaprendiste a vivir tu vida con más autonomía, libertad, pero también con responsabilidad, pues ya no estaba mamá para cuidarte, debías hacerlo solo y confiarte más a tus humanos, quienes siempre te quisimos.

Te has ido Osito, pero tu recuerdo será una marca indeleble en nuestra memoria, nos quedan tus  lecciones, de sagacidad, inteligencia, astucia, dignidad, lealtad, y por supuesto mucho, muchísimo, infinito amor, tu carita rebosante de alegría cuando llegábamos a casa, esa colita inquieta que se movía con mucha alegría cuando alguien de los tuyos se acercaba a casa, colita, que, a veces, cuando estabas cansado o solo con pereza agitabas con pasión, pero eso sí bien sentado en el mueble, para que el humano que llegaba se acerque a acariciarte y saludarte, ahí donde tú estabas acomodado.

En las frías noches de invierno, aun cuando yo no estaba en casa, no recelabas, apenas veías la puerta abierta de alguna alcoba, entrar y acomodarte entre las cobijas, pues al parecer los muebles no abrigaban lo suficiente.

Eras celosos, y absorbente, querías todo el cariño y mimos para ti, pero también expresaste solidaridad y cariño, y uno de tus más admirables gestos, fue haber dejado llegar a casa a un amiguito, que estaba sin hogar, desarrapado, desnutrido y víctima de todos los posibles parásitos, que luego y como no podía ser de otra manera lo adoptamos con mucha ternura, más aún si tú que eras el amo y señor de la casa, lo permitiste; Rasputín, le puso por nombre el Lenin, y así se lo conoce y denomina a ese perrito chiquitito, shiranguito, y blanquito, de pelitos alborotados que cuando te fuiste también te llamó con sus tristes aullidos, que se perdieron en el poderoso viento de agosto, aun cuando siempre lo estabas retándolo, recordándole que eras el dueño de casa.

Osito lindo, o Budy, como constas en tus papeles de la clínica, es muy doloroso, no saber qué pasó contigo, con el amigo tan querido, con el que tantas y tantas horas de alegría nos dio, con quien nos enseñó que el sentido de la vida está mucho más allá de la abundancia de bienes materiales, de las apariencias, jactancias  y soberbias que tanto daño causan.

Quien, habrá sido el infeliz ser humano que se atrevió a hacerte daño, a ti pequeñito y altivo amigo, compañero y miembro muy querido de la familia, si es verdad, a veces tu insistente ladrido, podía molestar a alguien e incluso con tus dientes pequeñitos llegaste a morder  a amigos que nos visitaban y a muchos de los sobrinos y sobrinas, pero ese periodo ya pasó, ahora eras mucho más calmo y tranquilo,  pero alguien  vacío de amor, de vida oscura y silente, con metas egoístas, desesperanzado, sin amor, un zombi, sin mejores propósitos que una supervivencia mórbida e inútil, fue capaz de herirte, lastimarte y alejarte de tu familia, que pena por él, porque no podrá ser feliz, debido a la amargura que lleva dentro de sí, como para osar hacer daño a alguien tan lindo e indefenso como fuiste tú Osito querido.

Estés donde estés, si sigues con vida, seguro te acompañará el recuerdo de tu familia y las muchas horas de felicidad y alegría que viviste en medio del manantial de amor que se te entregó siempre, y si ya no estas con vida, nos queda el consuelo de haberte prodigado los mejores cuidados  y un inagotable caudal de amor.
Adiós Osito querido.

Adiós mi peludito, mi chico, mi niño…....

Tu ausencia ha marcado  mi vida con una lacerante cicatriz, de dolor, de angustia, de vacío, de soledad y ausencia.

Que grande ha quedado la casa sin ti,

Que larga ausencia, llegar a casa y que tu no salgas como siempre, me llena los ojos de lágrimas  y una obscura nube de tristeza se posesiona de mi cielo.

Te extraño Osito, te extrañamos, será difícil acostumbrarnos a tu ausencia.

Que Dios te bendiga, ahora que seguramente eres un angelito muy lindo en el cielo de los peluditos.

Te quiero mi chico.


Al mes de no encontrar a mi Osito.
Fredy Torres A
Tarapal, septiembre 4 del 2015