NUESTRO QUERIDO BARBUCHAS
UNA SILLA VACÍA
Una silla vacía, una vitrina yerta y fría, un hogar sin
alegría, Una cama con demasiado espacio, y un inmenso vacío que nadie podrá
llenar, es lo que queda después de ti chiquito, almas destrozadas, corazones
dolientes, deja tu imprevista partida.
Tu llegada fue una bendición, te criamos con similar amor
que a un hijo, te consideramos nuestro niño peludito, nos cuidábamos incluso de
gritarte, porque te resentías, viviste a tus anchas, no conociste otro mundo
que no fuera el del amor y la ternura. Nunca hiciste daño a nadie, te creías un
niño más, y siempre que ellos salían a jugar, tú también te incluías y cuando
por no haber nadie de la casa, no te dejaban jugar, venias a contar chillando
quedito, suavecito, que apenas se percibía, siempre era tu dueño, la que te
entendía; había que sacarte a pasear o simplemente ponerse a jugar contigo,
para que se te pase la tristeza, hasta que cansado ibas a la silla o a la cama
y te echabas boca arriba, con las manitos dobladas, casi siempre con la
cabecita sobre la almohada, o en el brazo de alguno de tus viejos, que nos
quedábamos largos ratos sin movernos para no despertarte. Te amo y te amaré
siempre mi peludito, Te extraño tanto, te necesito, mi chiquito, este viejo no
sabe estar sin ti, si no nos separamos desde que llegaste, siendo solo un
recién nacido. ¡Ha, todo lo diera, por volver atenerte aquí conmigo! Fuiste un inmenso e inagotable manantial de
ternura, te quiero, te quiero, tequieroooooooooooooooooooo
Fuiste un manantial de
ternura
Amaste sin premura
Vertiste el inmenso caudal de tu amor,
Ilimitadamente, amaste con fervor
A quienes fueron para ti,
lo más cercano a unos padres biológicos que no conociste,
tus amos, tus amigos, tus compañeros
tu familia.
Familia en la que fuiste un miembro muy especial e
importante
Con todo mi amor para quien espero nunca olvidar, por el enorme caudal de amor que nos regaló.
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